TERRORISMO YIHADISTA
Tras las nuevas revelaciones de cómo la Policía Nacional controlaba al cerebro de los atentados del 17-A hasta poco antes de la masacre yihadista de 2017, la Unidad de Atención y Valoración de Afectados por el Terrorismo, personada como acusación popular en la causa, considera que "se están confirmando las sospechas de que se cometió algún tipo de error estratégico en la vigilancia de Abdelbaki Es Satty", pero el Gobierno lo oculta declarándolo "materia reservada".
Imagen de la mezquita de Ripoll y del imán, considerado el cerebro de los atentados en Barcelona y Cambrils.- E.P. |
barcelona
Actualizado:
carlos enrique bayo
@tableroglobal
A medida que se conocen
nuevos hechos sobre la vigilancia policial a la que fue sometido el imán
de Ripoll hasta muy poco antes de los atentados de Barcelona y
Cambrils, más claro queda que las fuerzas de seguridad del Estado tenían
controlado hasta el último momento al cerebro de la matanza, en la que
perecieron 17 personas –incluidos dos niños pequeños– y un centenar
sufrieron graves heridas.
Así que muchas de esas víctimas, como el padre de
Xavi –asesinado con sólo 3 años mientras paseaba por Las Ramblas–, se
han indignado al descubrir ahora algo que se mantenía oculto en el
secreto del sumario: la Policía Nacional acudió en tres ocasiones a la Comunidad Islámica Annour de Ripoll para interesarse por Abdelbaki Es Satty,
el imán que estaba en esos momentos organizando el grupo de terroristas
y fabricando el arsenal de explosivos que acabó estallando en Alcanar,
falleciendo él mismo en la deflagración.
Y la indignación se ha extendido en numerosos
ámbitos catalanes porque esa revelación se produce menos de una semana
después de que la secretaria de Estado de Seguridad, Ana María Botella, evitase responder a las preguntas del