La declaración de la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, y actual miembro del Consejo de Estado era una de las más esperadas por parte de acusaciones y defensas en el juicio al procés. Acudía en calidad de testigo, con la obligación de decir verdad y aunque ha tratado de evitar hablar de la intervención policial y de la decisión de enviar miles de agentes de la Guardia Civil y la Policía a Catalunya desde el 20 de septiembre de 2017, señalando que eso era competencia del ministro del Interior Juan Ignacio Zoido y el secretario del Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, ha errado sobre cómo recibía la información. 



Ha sido el abogado Xavier Melero, que representa al ex conseller de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, quien ha acorralado a la que fuera máxima responsable de los espías españoles, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), y a quien le rendía cuentas su director general-secretario de Estado, Félix Sán Roldán



En un primer momento, Santamaría se ha escudado en que conocía las investigaciones sobre la preparación del referéndum por las informaciones aportadas por el Delegado de Gobierno de Catalunya, Enric Millo, así como por la prensa. Sin embargo, la entonces vicepresidenta tenía datos de primera mano suministrados por los servicios secretos, como se puede constatar con un simple repaso a las hemerotecas y a las declaraciones de unos y otros.



"Podríamos haberlo hecho mejor"