MAS SE RODEA DE LOS MEJORES ACADÉMICOS
18/09/2013 (06:00)
Sostenía Max Aub que “uno es de donde hizo el Bachillerato”, y eso puede explicar mejor que ninguna otra cosa que detrás del proceso independentista catalán se encuentren muchos de los mejores bachilleres de Cataluña. No es un recurso literario ni una fanfarronada de los próceres de la secesión. Se trata de una constatación empírica. Algunos de los economistas más laureados del país -desde luego los que tienen mayor proyección internacional- avalan el proceso. Y lo hacen, sin duda, desde el conocimiento.
Ellos son quienes suministran un auténtico arsenal intelectual a la Generalitat catalana desde sus cátedras en Harvard, Stanford, Londres, Chicago, Columbia o la Pompeu Fabra. Y ellos son quienes sostienen que Cataluña tiene futuro al margen de España. Incluso un futuro brillante. Aunque en algunos casos se tengan que comer su propia ideología. Como el economista Xavier Sala i Martin, como buen liberal ortodoxo, firme partidario del sistema de capitalización de pensiones, pero que en su apasionada defensa de una Cataluña independiente suscribe un manifiesto del denominado Colectivo Wilson en el que se asegura que las pensiones catalanas son viables con un sistema de reparto: “Si Catalunya fuera independiente y decidiera mantener el sistema actual de reparto, los trabajadores catalanes cotizarían en la seguridad social catalana, y el dinero de estas cotizaciones serviría para pagar las pensiones de los catalanes”.
¿Y quiénes son los miembros del Colectivo Wilson (que toma su nombre de un presidente estadounidense que proclamó el derecho de autodeterminación de las naciones, pero que también intervino de forma arbitraria y abusiva en Latinoamérica al calor del principio "América para los americanos" -la célebre doctrina Monroe-? Pues ni más ni menos que la flor y nata de los economistas catalanes, que dicen estar preocupados porque “determinados partidos políticos, medios de comunicación y analistas hacen campañas de desinformación que tiene como objetivo atemorizar a los ciudadanos de Cataluña y evitar que ejerzan libremente su derecho a decidir”.
Además del citado Sala i Martín, forman parte de este colectivo Pol Antràs (el catedrático más joven de Harvard y doctorado en el MIT); Carles Boix (catedrático en la Universidad de Princeton con doctorado en Harvard); Gerard Padró (catedrático en la London School of Economics) y Jaume Ventura (catedrático de la Pompeu Fabra y antiguo profesor del MIT). Además de Jordi Galí, probablemente el economista español con mayor proyección internacional. Como se ve, una delantera de lujo.
Galí, que se doctoró en el MIT bajo la dirección de Olivier Blanchard (economista jefe del FMI), es el actual presidente de la Asociación Europea de Economistas y hace pocos años se le llegó a proponer como premio Nobel de Economía. Es un neokeynesiano convencido, pero como en el proceso independentista catalán no hay un debate ideológico, sino sólo de carácter identitario, se ha volcado en el proceso. Y se lo cree a pies juntillas. Hasta el punto de que está convencido de que las pensiones en Cataluña serían “más generosas” si saliera adelante el proceso independentista.
Un Gobierno de concentración
Desde luego que los economistas del Colectivo Wilson no son los únicos. El Consell per a la Reactivació Econòmica i el Creixement es el otro gran soporte. Su presidente es Salvador Alemany (también presidente de Abertis), y como sostiene alguien que conoce al dedillo los entresijos de los economistas de Cataluña, su pronunciamiento, en un sentido o en otro, sirve de termómetro sobre lo que realmente pasa en la Generalitat. Alemany -hilo directo con Isidro Fainé (La Caixa) y el conde de Godó (La Vanguardia)- lidera un auténtico Gobierno de concentración en el que aparecen economistas que se han caído del caballo del PSC, como Germà Bel; Jordi Gual, jefe del servicio de estudios de La Caixa (Universidad de Berkeley); Joan B. Casas, decano del Colegio de Economistas de Cataluña; Eugènia Bieto, directora general de Esade o Guillem López Casasnovas, consejero del Banco de España. Además de otro de los ‘príncipes’ de la economía española, Xavier Vives, premio Rey Juan Carlos de Economía y una de las trayectorias profesionales más brillantes de eso que Carlyle llamó la ciencia lúgubre. Junto a Jordi Galí es, probablemente, el economista más laureado.
No acaba aquí la musculatura intelectual de la vía catalana a la independencia. La vicepresidenta del Consell Assessor per a la Transició Nacional es Núria Bosch, catedrática de la Universidad de Barcelona y una de las mayores expertas del país en federalismo fiscal y saldos fiscales interterritoriales. Durante años ha estado a la sombra del anterior conceller de Economía de la Generalitat, Antoni Castells (PSC), pero ahora -como Germà Bel (antiguo diputado socialista en el Congreso)- ha abrazado las tesis independentistas y pone su currículo al servicio de la causa. Como en el caso del historiador económico Albert Carreras, antiguo decano de la facultad de Económicas de la Pompeu Fabra, y hoy número dos de Mas-Colell en el departamento de Finanzas.
Y es que la influencia del actual conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, parece ser determinante. Muy determinante. Durante mucho tiempo se le consideró el mejor economista de España, o al menos el de mayor proyección internacional. No en vano, ha sido durante 15 años catedrático de Harvard, lo que da idea de su talla como economista (también sonó para el premio Nobel). Otra cosa es como político. Pero lo cierto es que ha sido capaz de tejer una tupida red de economistas que avalan técnicamente la independencia con argumentos sólidos. O el Concierto a la vasca, según el momento histórico, utilizando para ello un instrumento administrativo bien engrasado económicamente, el Instituto de Estudios Autonómicos, convertido en un formidable aparato propagandístico puesto al servicio de la causa.
http://www.elconfidencial.com/economia/2013-09-18/harvard-apoya-la-independencia-la-elite-de-economistas-se-suma-al-proceso_29589/
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