Decisiva en 2011, la sociedad entre el Guaje y Leo (42 tantos en la Liga y 18 jornadas marcando) ha vuelto
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Alegría entre David Villa y Messi
/ FOTO: LLUIS GENE - AFP |
Que si
Messi y
Villa
no se tragan. Que si no se dirigen la mirada. Pura habladuría durante
meses y meses dejados ya en evidencia por Leo cuando expresó un deseo en
voz alta tras el 2-1 al Sevilla: "Con el Guaje como referencia arriba,
el equipo encuentra más espacios".
Así jugaron
ante el Milan en
un partidazo que, amén de cargarse de un plumazo la chorrada del cambio
de ciclo, dejó entre otros regalos el sentido abrazo de
Leo a
David
cuando éste firmó el 3-0. Apenas cinco días después, como una
repetición, Messi y Villa siguieron callando bocas liquidando a un gran
Rayo que poco pudo hacer ante la voracidad de dos cracks mundiales.
En la Champions
se desataron. El cuádruple Balón de Oro, picadísimo, igualó la
eliminatoria y el asturiano, campeón de todo lo habido y por haber,
Mundial y Eurocopa incluidos, la puso a favor con un gol que derivó en
un grito interminable tras muchos meses de sufrimiento. Y así,
liberados, dinamitaron anoche una cita que ya no deja dudas.
El mejor
Barça ha vuelto para quedarse y con la
sociedad que ganó Liga y Champions en 2011. Uno delante de otro contra
el Milan en el 3-4-3, Messi y Villa volvieron a jugar casi en paralelo
en un tradicional 4-3-3. Todo en orden, como ver a Iniesta ya fijo de
interior, algo indiscutible y más viendo la mejor versión del Guaje, un
fichaje de lujo para lo bueno por su gol y profundidad.
Rompiendo por velocidad, con la contra como principal argumento por
un día, Leo sentó a Figueras con un caño y pudiendo gustarse él solo,
buscó a Villa. Seguro de gol, batió a Rubén con el 14º del curso y
octavo en Liga. Nadie lleva más en el Barça salvo Messi, a quien buscó
agradecido mientras el Camp Nou le coreaba.
El '10', que envió una falta al larguero con 0-0, fue cazado luego
por Arbilla sin amarilla pero se vengó rematando con rabia por bajo tras
un pase a la izquierda de Villa. Fue entonces Leo quien corrió hacia el
Guaje, idéntico asistente que en el 3-0 tras porfiar éste una bola y
lanzar con espacio a Leo, excelso con otra obra de arte para la
colección.
Ganando por piernas a Arbilla, picó ante Rubén, compañero con
Ronaldinho y Motta en la fiesta de la Champions de 2006 por los Campos
Elíseos.
Era su 42º gol en Liga tras 18 jornadas seguidas marcando y 55º de la
campaña, en la que suma además 14 pases decisivos. Con el Estadi
enloquecido, el número uno acarició al final el 'hat trick' con otro
jugadón genial. Y sí, volvió a abrazarse con Villa