Fernández Díaz reconoce que en el PP se cobraban sobresueldos "que luego se declaraban"

Poco a poco, a fuerza de desmentidos que confirman las sospechas, se va haciendo la luz sobre las retribuciones reales a los altos ejecutivos del PP. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha reconocido que, en la década de los 90, los altos cargos del partido cobraban "complementos al sueldo", que luego se declaraban a Hacienda y sobre los que, por tanto se tributaba posteriormente.

 Por supuesto, estos ‘complementos’ “nada tienen que ver” con sobres en dinero negro corriendo por los pasillos de la calle Génova.
El ministro Fernández ha dado un paso más al reconocer que, cuando él trabajaba en la sede del partido en Madrid, los sueldos de los principales responsables, además de las cantidades oficiales, nada escasas por otra parte, eran ‘adornados’ con complementos y pagos añadidos que, según detalla, luego se declaraba y se recogía en el IRPF.
 "Cobrábamos una nómina, la recuerdo perfectamente en esos años, que era un complemento de sueldo por la dedicación que en el marco de la Ley de compatibilidades, como es lógico, era oficial, estaba en la declaración de la renta y cotizaba por el IRPF", ha explicado Fernández Díaz en una rueda de prensa ofrecida en la sede del Ministerio del Interior.
Lo que no ha explicado el ministro, que trabajaba a las órdenes directas del entonces vicesecretario general de organización, Mariano Rajoy era la necesidad o motivo por el que le PP no podía fijar directamente los sueldos de sus más altos cargos y se veía en la necesidad de complementar la retribución oficial con añadidos complementarios.
Aunque, por supuesto, faltaría más, desliga esta práctica tan poco transparente, de las acusaciones de sobres en dinero negro que, supuestamente, repartía el tesorero de la organización, el hoy defenestrado y ayer protegido Luis Bárcenas. "No tengo ninguna duda de que esas prácticas no se han producido. Por supuesto que yo no tengo conocimiento de que se hayan producido ese tipo de pagos", ha dicho el ministro, quien ha pedido respetar la presunción de inocencia tanto del partido como de "las personas que están bajo sospecha".
   Sobre el descontento creciente entre la sociedad española ante los casos de corrupción, ha sostenido que ese sentimiento está "en la naturaleza de las cosas". "Hasta los corruptos dirán que la rechazan. La corrupción es execrable", ha dicho el ministro, quizás traicionado por el subconsciente,  quizás indignado por las negativas airadas escuchadas en según qué labios.

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