dijous, 31 de maig del 2012

Rato pactó con Rajoy y Esperanza Aguirre que no se le investigaría por su actuación en Bankia

Rodrigo Rato estaba muy preocupado antes de su dimisión por una posible investigación de la salida a bolsa y de créditos concedidos a empresa vinculadas a cargos del PP

 

Rato pactó con Rajoy y Esperanza Aguirre que no se le investigaría por su actuación en Bankia

La salida de Rodrigo Rato al frente de Bankia no se realizó sin más. Antes de presentar su dimisión, el ex ministro de Economía con Aznar negoció varios aspectos de su retirada, entre ellos que no se investigaría su presidencia al frente de Bankia. Rajoy dio personalmente el visto bueno a esa condición y se comprometió a “cubrir” su actuación. Anteriormente la presidenta de la Comunidad apoyó entusiásticamente ese acuerdo. Ambos políticos ya han negado, uno en el Congreso, y la otra en la Comunidad cualquier investigación. ¿Qué es lo que no quieren que se conozca?
Luisa Galván. 31.05.12.Que Rajoy, y especialmente el equipo de Luis de Guindos se niegan en redondo a que se investigue Bankia, no es una conjetura ni una opinión, sino una certeza avalada por los hechos y las negativas contumaces. La misma postura es la de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, que ha negado una iniciativa de UPyD para abrir una comisión de investigación. Según ha podido saber Diario El Aguijón de boca de un alto ejecutivo de Bankia que ha querido explicarnos brevemente lo que se vivió esos días, la situación se desbordó durante el fin de semana anterior a la dimisión de Rato, que se produjo el 7 de mayo. En ese momento en la city ya se hablaba del inminente relevo y rescate de Bankia, un  rumor que en los altos círculos financieros “venía sonando” desde hacía en torno a un mes, pero que hasta ese momento no era sino uno de tantos rumores sin confirmar de los que circulan a diario. El sábado, dos días antes a la dimisión, las reuniones y llamados se aceleraron hasta extremos de paroxismo. Una de esas reuniones tuvo lugar durante la mañana del sábado en el Club de Golf de La Moraleja, concretamente en la terraza situada en la casa del club del hoyo 18 situada en el campo 1. En esa reunión, que duró unos tres cuartos de hora, participaron un miembro de la Oficina Económica del Gobierno y dos altos ejecutivos de Bankia. Los enviados de Rato querían conocer detalles sobre el plan que el equipo de De Guindos tenía preparado respecto al banco, ya que la información que les había llegado desde economía era parcial y no muy clara. En esa reunión los representantes de Rato dejaron un mensaje nítido, para que se le trasladase personalmente a Rajoy: “No habrá ni investigaciones ni tocaduras de pelotas, porque si alguien quiere tocar las narices, vamos a tener catarro todos. Ah! y el relevo en la presidencia tiene que ser pactado”, nos cuenta este alto ejecutivo de la entidad, buen conocedor de todo lo sucedido esos días. Esa misma mañana, al mediodía.
Comiendo con Arzak en el restaurante Sandó para acordar una salida no traumática
Según ha podido saber Diario El Aguijón, al mediodía de ese mismo sábado, tres consejeros y un alto ejecutivo de Bankia participaron en una comida privada en el selecto restaurante Sandó, junto a la Plaza de Santo Domingo en Madrid, y que últimamente se está convirtiendo en uno de esos sanedrines madrileños de la cocina, al estar dirigida por el afamado chef vasco con tres estrellas Michelín Juan Mari Arzak. Durante esa comida, donde hubo no pocos nervios, acordaron hablar con Rato y convencerle para que por todos los medios se pactara con Rajoy la salida y el rescate del banco, y que esta salida no fuera “traumática para nadie”. O lo que es lo mismo, para ninguno de los consejeros de la entidad. Uno de los comensales, una persona muy cercana al presidente de la patronal madrileña Arturo Fernández,  fue el encargado de hacer las gestiones con Esperanza Aguirre, sin la cual no se puede entender la llegada de Rato al frente de Cajamadrid después de la guerra originada por la presidenta madrileña por el control de la caja en 2009 con el anterior presidente y amigo personal de Aznar, Miguel Blesa. Casi simultáneamente se celebraba otra comida en la que participaron otros tres consejeros de Bankia en el restaurante La Pesquera, habitualmente utilizado como lugar de comidas de trabajo por altos ejecutivos de Bankia, cuya conclusión fue casi la misma que en la de sus compañeros en Sandó.
Rajoy acepta pactar la salida de Rato y el nuevo presidente de la entidad.
Al día siguiente, domingo, las reuniones se aceleran, y los teléfonos no dejan de sonar. Durante esa mañana afloran un abanico de tres nombres para presidir la entidad y relevar a Rodrigo Rato de forma pacífica al frente de Bankia. Los tres nombres que se barajan desde Economía y La Moncloa son los de Estanislao Rodríguez Ponga, ex secretario de Estado con Aznar, José Manuel González-Páramo, actual consejero en el Banco Central Europeo y cuyo mandato culmina en breve y el del actual director general de Servicios de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina. Un cuarto nombre se maneja, pero es rápidamente descartado porque supondría una pérdida de poder español en el BCE, el de Antonio Sáinz de Vicuña, actual jefe del servicio jurídico del Banco Central Europeo y que sonó como candidato para sustituir a González-Páramo en el consejo del BCE y plaza que perderá España a favor de un consejero holandés. Sin embargo, ninguno de estos nombres gusta a Rodrigo Rato, ya que duda de que estos no vayan a iniciar una investigación sobre lo sucedido en la entidad hasta ese momento. Así transcurre todo el domingo.
El lunes 7 de mayo, el día clave. La dimisión y la aparición de Gorigolzarri.
El lunes 7 de mayo amanece con Bankia en todos los corrillos del mundo financiero madrileño hasta el punto de que miembros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores hacen consultas para valorar la suspensión de  la cotización de la entidad. Sobre las 9.30 de la mañana Rodrigo Rato habla personalmente con Rajoy y le propone dos nombres alternativos. El primero es del economista Fernando Fernández,  actual consejero de Red Eléctria y ex economista jefe del Banco Central Hispano y de Banco de Santander, y  el de José Ignacio Goirigolzarri para sucederle, un hombre muy conocido en el mundo de la banca especialmente por su paso por BBVA y Argentaria, pero siempre y cuando no se realice ningún tipo de investigación sobre lo sucedido en Bankia. Las fuentes consultadas por Diario El Aguijón señalan que Rodrigo “Rato tiene un interés especial en aquel momento, y casi podría decirte que una obsesión por que no se investigue la salida a bolsa, y ciertos créditos políticos que se han concedido”. Ante esa aseveración tan directa, y ante la insistencia para que nos aclare lo señalado sobre los créditos, nuestro interlocutor nos señala “de eso ni puedo ni debo decirte nada más, investigad vosotros, pero hay mucho que esconder en créditos concedidos a empresas vinculadas a cargos del PP y sobre todo en la Comunidad de Madrid y su entorno, y que van en la línea de lo que publicásteis sobre los créditos de Rato a Intereconomía donde apuntásteis mejor de lo vosotros mismos sabíais. Como es lógico, no se pueden conceder créditos a empresas de las que uno es accionista, y muchas otras cosas que hay, pero eso investigarlo vosotros, que en esos sois muy buenos”.
Unas horas más tarde, y cerca ya del mediodía Rodrigo Rato presentaba públicamente su dimisión, y anunciaba que sería relevado en el cargo por José Ignacio Goirigolzarri y el otro candidato de Rato, Fernando Fernández entrará días después  a formar parte del nuevo consejo de Bankia. El acuerdo estaba cerrado, y desde el gobierno se lanza públicamente el mensaje de que cualquier investigación es innecesaria y que pondría en peligro todo el sistema bancario y la imagen de España en los mercados. En el paquete acordado se encuentra también la dimisión pedida por Rajoy y De Guindos, de todos los consejeros de Bankia, que se produce el día 25. Al día siguiente de producirse esta noticia, desde la Comunidad de Madrid se inicia una oledada de declaraciones agresivas, especialmente por parte de la Delegada del Gobierno en Madrid contra el movimiento 15-M, y desde algunos medios de comunicación muy cercanos a La Moncloa se inician campañas para centrar la atención en el 15-M y distraerla del caso Bankia. Después, la polémica de los pitidos. Cualquier cosa, para que no se conozca la verdad.