dilluns, 21 d’abril del 2014

"Cuando entro por la puerta del cuartel vuelvo al siglo XX"

El teniente en activo Luis Gonzalo Segura denuncia abusos, casos de corrupción e impunidad en el seno de las Fuerzas Armadas. En su novela 'Un paso al frente' trata de ofrecer un testimonio literario de estos problemas y ha conseguido ya levantar antes de su publicación "un movimiento de solidaridad" para reivindicar la "regeneración" de los ejércitos españoles. Después de su publicación este lunes, teme ser arrestado o expulsado


LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUEL Madrid 21/04/2014 07:00 Actualizado: 21/04/2014 10:20


 

El teniente Luis Gonzalo Segura.- L. G.

"En Portugal un militar puede manifestarse, puede hablar con la prensa, puede mostrar su ideología política... Allí se concibe que el Ejército forma parte de la sociedad y ésta es plural, con gente de derecha y de izquierda". Son unas Fuerzas Armadas como le gustarían al teniente Luis Gonzalo Segura en España. Pero aquí son muy diferentes. Autoritarismo y corrupción, como dos caras de una misma moneda, son fenómenos que este oficial de 36 años ha vivido todos estos años en los cuarteles, una realidad que hace recordar a los pasajes de La Forja de un rebelde en los que Arturo Barea describió a los ejércitos españoles en África a principio de siglo XX. Recurrir a la justicia militar no le ha servido de nada, pese a que ya ha puesto cuatro denuncias y ha presentado pruebas sobre irregularidades en los presupuestos. Y por eso ahora quiere contar qué pasa en el interior de las Fuerzas Armadas a la sociedad, esa misma que dio la espalda al estamento cuando la mili fue abolida en 1996. Así espera conseguir algo de eco. Como reclamo, ha escrito el libro Un paso al frente, una novela que sin embargo es un testimonio único de lo que ocurre de puertas para dentro en las Fuerzas Armadas.

Este lunes lo presenta públicamente y es el día de su lanzamiento. En la presentación estará arropado
por representantes de prácticamente todas las asociaciones de militares. Y, reconoce, que es muy posible que después de ese acto sea arrestado o incluso puede que sea expulsado. En cierta medida depende del apoyo que reciba tanto de los militares como la sociedad. Muchos de los primeros ya han tomado partido. Antes de haber sido publicado el libro ya son cientos o miles los miembros de las Fuerzas Armadas que le han escrito o mostrado su apoyo a través de Internet. Y han abarrotado los actos de presentación previos que ha hecho. "Más que un libro, es una lucha por los derechos y la igualdad en el mundo militar", como el propio Segura lo define. En la entrevista, fiel a su objetivo, prefiere no hablar mucho del libro, sino del objetivo que lo atraviesa: la denuncia del autoritarismo y las prácticas fraudulentas que, por lo visto, son demasiado cotidianas entre los altos mandos de los ejércitos.

-¿Cómo ha sido su evolución hasta llegar a dar este paso tan difícil?
Yo estaba estudiando Geografía en la Universidad. Y nos llevaron de visita al centro geográfico del Ejército. Es una experiencia que impresiona y en ese momento lo vi claro. Entré al Ejército.

"Franco muere y llega la Transición. Pero hasta el final de los 90 nadie toca el Ejército"

Era 2001 y el país vivía empanado, todo era bueno y genial. Y los militares, que somos personas también, vivíamos tan empanados como los demás. Lamentablemente, cuando empiezas a entrar te das cuenta que hay muchas cosas que no son como te habías imaginado.

Franco muere y llega la Transición. Pero hasta el final de los 90 nadie toca el Ejército lo más mínimo. Y aún después, ningún ministro lo ha reformado en profundidad y los altos mandos han ido pasando de padres a hijos con las mismas tradiciones.

Un teniente del siglo XXI que llega al cuartel aprende que los abusos forman parte de sus atribuciones y reproducirá ese comportamiento. Los que llevan más tiempo son los que mandan. ¿Cómo desde abajo les haces entender a los de arriba que esto tiene que cambiar? Las Fuerzas Armadas solo pueden cambiar con ayuda de la sociedad. Este es el valor de libro, llevar esta problemática oculta a la sociedad.

-¿Cómo es ese mundo de los altos oficiales que denuncia en el libro?
Yo vivo en el siglo XXI, pero entro por la puerta del cuartel y veo el siglo XX. Hay represión e impera una ley del silencio. Es una sociedad jerarquizada, clasista y dividida en castas, como un estado feudal. No puedo hablar, no puedo manifestarme, no puedo expresarme, no puedo ni siquiera decir que hay corrupción. Esto es una locura. Así, el libro es un documento útil para la sociedad y vital para los militares. Porque somos nosotros los que necesitamos que la sociedad sepa lo que ocurre.

Hasta llegar a la casta dirigente, el resto somos personas con distintas ideologías, es bastante plural. Pero la casta, que es endogámica y pasa de padres a hijos, tiene una ideología bastante homogénea y peculiar, una forma de pensar de otro tiempo. El problema es que las cúpulas y los altos mandos han conseguido identificarse con la institución. Hasta tal punto que si yo denuncio estas cosas parece que ataco a la institución. Y no es así, al contrario. Como quiero a la institución quiero que cambie.

"El problema es estructural. Las Fuerzas Armadas están enfermas y necesitan ser regeneradas"

Cualquiera que lea el libro va a tener una idea clara de la vida militar y de lo que pasa en los cuarteles, de los privilegios, los abusos y la corrupción. Impera un sistema de castas. Los oficiales de la escala superior se autodenominan blancos. Los suboficiales son negros. Los oficiales que vienen de la antigua escala media, los que vienen de suboficiales, les denominan mestizos. Y la tropa es chusma. Y yo, que soy un oficial de complemento, que ha entrado con una titulación universitaria, soy un milcompniano. Como un mercenario. Para ellos yo estoy por dinero en las Fuerzas Armadas. Es como una clasificación racial de las escalas.

¿Cuál es el problema de este libro? Que lo que cuento no es extraordinario. Si fuera algo coyuntural sería fácil de solucionar. Pero el problema es estructural. Las Fuerzas Armadas están enfermas y necesitan ser regeneradas.

-¿Tiene pruebas de los casos de corrupción que denuncia?
Por poner un ejemplo. Yo hice un inventario de material informático y descubrí que había un desfase del 25% del material, que son 5 millones de euros. Lo pongo en conocimiento de un juez y espero que se haga una auditoría. Pero no pasa nada.

"Sería muy importante que se le hiciera una auditoría al alto mando militar"

Si puedo escamotear a la hacienda militar 5 millones de euros tan fácilmente, ¿qué no puedo escamotear para comprarme un coche? Y no es que los militares sean todos malísimos ni especialmente corruptos. Son personas, igual que los que nos gobiernan. En los ayuntamientos y muchas administraciones públicas se ven muchos casos de corrupción. ¡Qué raro que en el Ejército no haya ninguno!

Lo que yo pido es que se haga una auditoría. Es muy importante que el alto mando militar sienta que es auditado. El hecho de sancionar a unos cuantos va a suponer un aviso a todos los demás. Y que los altos mandos sepan que se les hacen auditorías cada cierto tiempo les va a hacer pensárselo.
Aunque la justicia civil no funcione del todo bien, hay muchos políticos que están pasando por el juzgado. Bárcenas está en la cárcel. Y eso hace que muchos otros se lo piensen. En el mundo militar no. ¡Imagina si los políticos sintieran que tienen impunidad absoluta!

-¿Y la tropa?
La tropa se está jugando la vida en misiones y lo están haciendo por dos duros. Y a los 45 años les van a echar a la calle. ¿Dónde va un militar de 45 años? ¿Se merece que le abandonen? Es lamentable, más aún cuando hay coroneles que nos cuestan un dineral y están mandado residencias y piscinas.

En las Fuerzas Armadas hay 52.000 mandos para 78.000 militares de tropa 

Cuando llega la crisis económica se para el acceso a tropa y se cargan a 10.000 soldados, a pesar de que la pirámide está invertida, sobran oficiales. Ahora mismo hay 78.000 militares de tropa y 52.000 mandos. Hay casi más mandos que soldados, es una locura. Y cada años siguen sacando 300 plazas de oficiales, también con la Universidad de la Defensa, que ha sido un fracaso.

Hace poco pusieron los viajes militares por Europa. Son 15 días de vacaciones por 700 euros, un chollo, con subvención pública. Pues hay unos cupos establecidos y la tropa no tiene acceso a esos viajes. Si es una acción social, tendría que ser para los más necesitados, al señor que es soldado y gana 900 euros y que si no es con esta ayuda no va a poder hacer un viaje de estos en su vida. Pues no, se lo damos al general, al que gana 6.000 euros todos los meses. Y a costa de todos los ciudadanos.

En los clubes militares no dejan entrar a los soldados. ¿Por qué? Es solo para oficiales, las piscinas, los campos de golf... viven con todo tipo de lujos.

Para ascender habría que establecer criterios objetivos, a modo de oposición, en vez de las calificaciones y las medallas, que son criterios muy subjetivos.

-¿Por qué recurre al formato de novela para hacer acusaciones tan serias?
Si fuera un relato de mis vivencias sería infumable y se lo leería poca gente. El formato novela me da una base con la que poder intentar que la masa incomible de información se pueda digerir de forma más amena y, además, me permite ponerme en el lugar de la otra parte, incluso para odiarla. Yo me puedo vestir de general y asumir su papel e intentar ver cómo ven ellos el mundo.

"El formato de novela me permite ponerme del lado de la otra parte. Aunque sea para odiarla" 

No es un buen libro en el sentido literario, pero es un documento útil para personas que jamás han tenido contacto con el mundo militar y también para personas que hicieron el servicio hace 20 o 30 años, porque les va a servir para comprobar si efectivamente han evolucionado o no. Viene a cubrir un vacío. El servicio militar obligatorio no tenía sentido, pero cuando se suspende la inmensa mayoría de los españoles pierden todo el contacto con las Fuerzas Armadas.

También he escrito el libro porque si simplemente voy a los medios de comunicación el poso de esa noticia pasa. El ciudadano se ha olvidado al día siguiente. Pero si escribes un libro y la gente lo lee la idea perdura más en la sociedad. ¡Lo único que le falta es estar bien escrito! Así que a ver si mejores plumas se atreven a escribir sobre este tema y éste pasa al olvido.

-El libro lleva a los personajes a Afganistán. ¿Qué ven allí?
Yo estuve muy poco tiempo en Afganistán, haciendo una inspección de material informático. Esa es la parte más novelada del libro. Narro la Batalla del 4 de abril, un suceso que tuvo lugar en Irak, aunque en el libro lo traslado a Afganistán. Es la batalla más importante en la que han participado las fuerzas españolas en los últimos 30 años, muy sangrienta. Son unos sucesos que también conviene recordar, aunque sea de esta forma.

España estaba en campaña electoral y dijo que no querían meterse a fondo en la guerra para no tener bajas. Entonces, los americanos se dan cuenta de que nosotros nos vamos y nos quieren involucrar. El Ejército español hace un papel muy bueno porque es un papel de ONG. Invertimos dinero, damos trabajo, reparamos sus edificios y sus puentes. Hacemos una labor humanitaria espectacular. No somos una fuerza de choche, salvo que sea necesario para defendernos.

Para involucrarnos, los americanos secuestran al lugarteniente de un líder enemigo muy importante. Y las tropas americanas van vestidas con uniformes españoles y hablando español, para que los testigos corran la voz. Así introducen a España en la guerra. De la noche a la mañana las tropas españolas pasan a estar en el punto de mira. Y son atacadas. Es algo sobre lo que hay poca información, pero algo sí que hay. Pero en el libro lo novelo mucho y metro hechos ficticios.

-¿Ha recibido presiones desde que empezó a denunciar?
Están intentado presionarme. Quieren que me dé de baja psicológica. Me han bajado el sueldo 150 euros. Y lo han hecho porque sí. Yo sé que me van a calumniar y que se inventarán historias contra mí. Porque son así.

"Un juez militar solo impartirá justicia si el tema llega a los medios de comunicación"

En los últimos dos años han ido bajando mis calificaciones. Yo he puesto ya varias denuncias en el juzgado militar. Cuando denuncias crees que el juez impondrá justicia con severidad, que es lo que se espera de un militar. Pero es todo lo contrario. Da igual las pruebas que presentes que el juez no va a condenar a nadie.

Les mensaje que transmiten los altos mandos es de impunidad. "Podéis hacer lo que queráis". Y al final esto se materializa en que la impunidad, unida a la ley del silencio y un aparato represor muy potente, hace que haya cantidad de corrupción y abusos y que sean públicos. No necesitan esconderse porque no les va a pasar nada. Si llevas un tema a un juez lo va a tapar. El juez solo va a impartir justicia si el tema llega a los medios de comunicación.

Si un militar se sale de la línea y dice que algo está mal o denuncia se le empieza a calificar de forma más baja de lo normal. Si pasa eso no asciendes o lo haces de forma más lenta. Y eso es perder dinero y además puedes perder la vacante, por lo que puede que te toque ir a otra ciudad sin tu familia. Pierdes dinero, prestigio, los mandos te dan de lado y puedes separarte de tu familia. Así, es muy humano que la gente no se atreva a dar el paso.

El Ejército es un estado medieval en el que el rey es el ministro y los altos oficiales los señores feudales. Y pasa lo mismo que en esos estados, en los que el rey no tenía prácticamente ningún poder. El que manda es el coronel o el general de turno. Da igual que haya una orden ministerial, el oficial es el que manda y si te quejas prepárate.

-¿Qué riesgos corre ahora al publicar el libro y decir todo esto ante los medios de comunicación?

"El Ejército es un estado medieval en el que el rey es el ministro y los altos oficiales los señores feudales"

Sólo hay que mirar casos parecidos para saberlo. El presidente de Asociación Unificada de Militares Españoles, Jorge Bravo, recomendó que se redujesen los gastos superfluos en el ámbito militar antes que hacer recortes sociales en otros ámbitos. Pues sólo por eso le arrestaron un mes y un día y le enviaron a un centro disciplinario, que es igual que una cárcel. No tuvo que ir a juicio, fue un parte por falta grave. Es un juicio parcial, el que pone el parte es el que te juzga. Y además ese señor no tenía potestad para hacer eso. Pero lo hizo.

O la capitán Cantero, que ganó un juicio por acoso sexual contra un coronel, que fue condenado a más de dos años de prisión. Ganó el juico, pero luego a ella la intentaron acusar de deslealtad. Luego se demostró que las pruebas con las que le acusaban eran falsas, pero aún así ella fue expedientada. Todo por haber denunciado que sufría acoso sexual.

Si yo veo lo que les ha pasado a estos dos, me imagino que a mí me van a encerrar o me van a abrir un expediente y me van a enviar a la calle. Ahora bien, si tomo como referencia al teniente coronel Ayuso que habla en Intereconomía diciendo que la Constitución es bastarda y espuria pues no me pasará nada.

¿Está teniendo apoyo entre sus compañeros?
En el ámbito militar la repercusión ha sido máxima. Me han llamado de todas partes de España. Y son los propios militares los que me están preparando las presentaciones del libro. El militar tiene miedo, mucho miedo, pero llega un momento en el que no pueden más.

Además, los soldados no tienen formación de derecho y es muy difícil escribir una denuncia. Si aún así lo hace, irá el capitán y le dirá: "Si haces eso te voy a machacar". Y como te puede machacar, y lo sabes, hay mucha gente muy resignada y viviendo situaciones dramáticas. Pero no pueden contarlas, porque no hay libertad de expresión. No puede protestar, porque no hay libertad de manifestación y las asociaciones están todas contra la pared.

El libro se está convirtiendo en un movimiento. En las presentaciones hay cientos de personas. Yo todavía no he visto un documental en televisión que hable sobre las Fuerzas Armadas. Y hay muchos de nosotros dispuestos a hablar. Hay que contar lo que pasa y llegará el momento en el que los altos mandos se sentirán desnudos.


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