dilluns, 30 d’abril del 2012

La Cibeles se quedó con las ganas

LA ÚLTIMA

La Cibeles se quedó con las ganas

Lluís Mascaró | 30.04.2012 | 04:05h
 
CLAVE 1: 
El Madrid ganó sin pena ni gloria al Sevilla. Con ayudita arbitral de Mateu Lahoz. Y en la capital corrieron a poner guapa La Cibeles. La alcaldesa Botella ideó la fiesta del alirón. Roncero se puso la bufanda. Y en `Punto Pelota¿ prepararon el especial `Real Campeón¿. Pero tendrán que esperar. Todos. Porque el Barça ganó en Vallecas y la Liga, matemáticamente, aún no es blanca. Llevan cuatro temporadas suspirando por celebrar algo. Tanto que el año pasado hasta se permitieron el ridículo de pasear la Copa (y romperla) por las calles de Madrid. ¡Tranquilos, merengues! Esta Liga la vais a ganar. Pero el Barça os hará trabajar hasta el último suspiro. Es una cuestión de orgullo. El campeón cederá el trono cuando le toque, no cuando vosotros queráis...
CLAVE 2:
Anoche, en Vallecas, vimos el legado que deja Guardiola. Deportivo y humano. Porque, sin nada que ganar, el Barça hizo una exhibición. Los futbolistas, liberados, sin ninguna presión, han decidido jugar para divertirse hasta el final de esta Liga. Y cuando se divierten nos divierten. Y nos alucinan. El equipo blaugrana brilló por su excelencia y por su compromiso, las dos `marcas de la casa¿ que ha impreso Pep a todos sus pupilos a lo largo de cuatro años. Un estilo y una actitud que Tito Vilanova tendrá que saber gestionar. La goleada del Barça a un Rayo que todavía se está jugando la permanencia es un regalo de los futbolistas a Guardiola. Porque le deben mucho. Y lo saben. El mejor reconocimiento que le pueden hacer es jugar como les ha enseñado.
CLAVE 3:
Messi no lo ha pasado bien en los últimos días. Se ha sentido, en parte, responsable de la derrota ante el Madrid y de la eliminación en la Champions frente al Chelsea. Dos partidos malos del crack. Él, como todos los culés, también está acostumbrado a ser el mejor, a ser decisivo, a ser mágico. Y en esos dos encuentros no lo fue. Por eso estaba triste. Pero ayer recuperó la sonrisa. Esa sonrisa que delata su estado de ánimo. Y su felicidad en el campo. Messi volvió a ser Messi. Y marcó dos goles. Y dio un par de asistencias. Y envió otro balón al travesaño. Y demostró que quiere seguir luchando con Cristiano por el Pichichi, la Bota de Oro y el Balón de Oro. Una gran noticia. Porque Messi es el `otro culpable¿ de este ciclo triunfal.