diumenge, 22 d’abril del 2012

El antifútbol y el villarato se imponen en el Camp Nou

sábado, 21 de abril de 2012

No hubo maneras macarras en el párking ni dedos en el ojo de los adversarios. Mourinho ya tiene lo quería. La actuación del árbitro Undiano Mallenco fue decisiva para que el Madrid se llevase los tres puntos del Camp Nou. Concedió un gol en fuera de juego y permitió a los blancos, como en la última final de Copa, todo su repertorio habitual de patadas y protestas.
FC Barcelona: Valdés; Alves, Mascherano, Puyol, Adriano (Pedro, 73’); Busquets, Xavi (Alexis, 68’), Thiago; Iniesta, Messi y Tello (Cesc, 81’).
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Ramos, Pepe, Coentrao; Xabi Alonso, Khedira; Cristiano, Özil (Callejón, 88'), Di María (Granero, 73’) y Benzema (Ozil, 90').
Árbitro: Alberto Undiano Mallenco.
Goles: 0-1, Khedira, min.16;  1-1, Alexis, min. 70; 1-2, Cristiano Ronaldo, min. 72;
Estadio: Camp Nou. 99.000 espectadores
Undiano Mallenco era el árbitro ideal para el Madrid de Mourinho. Ya había hecho méritos en la pasada final de la Copa del Rey que disputaron azulgrana y merengues, al permitir el juego duro de los blancos y sus reiteradas protestas, y obviamente en el partido decisivo de la Liga su presencia era necesaria para regalar el campeonato al Madrid.
El gol del Madrid en fuera de juego de Khedira y Cristiano Ronaldo resultó el colofón a una trayectoria trufada de ayudas arbitrales y en el Camp Nou fue Undiano quien dio la puntilla con su inestimable colaboración. Dos jugadores del Madrid, Cristiano y el propio Khedira, estaban en clara posición antirreglamentaria cuando Pepe tocó hacia atrás el balón, tras un córner a favor del Madrid.
El trencilla estuvo constantemente al lado del Madrid en sus decisiones. Undiano aplicó un criterio distinto en las tarjetas. Al Barça no le pasó una falta y a las primeras de cambio se mostró inflexible contra los jugadores azulgrana, mostrando tarjeta a las primeras de cambio a Busquets. Pero, como siempre, estuvo muy permisivo con los de Mourinho en sus acciones. Xabi Alonso trabajó con dedicación los tobillos de Messi y Pepe enseñó sin reparo su repertorio de brusquedades. Undiano, al final no tuvo más que remedio, que amonestarles. Aunque otros como Sergio Remos se fueron de rositas.
Un Camp Nou espectacular
El público mereció más porque estuvo impecable. Un ambiente espectacular desde el mosaico hasta el final del encuentro. Los aficionados animaron constantemente a los jugadores azulgrana y mantuvieron la fe en el equipo en todo momento.
El Barça empezó nervioso frente a un Madrid que se encontraba más cómodo sobre el campo. Con el gol, los blancos repudiaron el balón. Dieron toda la iniciativa y es cogieron encerrarse atrás fiel a su estilo para detener el juego azulgrana. Ahora una patada, luego una protesta al árbitro.
Los de Guardiola, de todos modos, tuvieron sus oportunidades una clarísima de Xavi en la primera mitad y otra de Tello, la sorpresa en la alineación inicial de Pep. Pero la buena, la jugada del gol partió de las botas del número uno mundial, Messi, que culminó Alexis. El chileno acababa de sustituir a Xavi.
La reacción quedó en nada, ya que Ronaldo puso el jarro de agua fría con un disparo que no pudo parar Valdés, tras una jugada de contragolpe. Un Cristiano, que hizo toda una exhibición de teatro de bueno en un choque con Alves. El portugués se retorció de dolor, cuando el brasileño ni le rozó en una acción en el suelo.
Un show lamentable de Cristiano que duró prácticamente hasta el final del choque.
Mourinho ya tiene lo que quería. Una Liga de vergüenza. Alguna vez tenía que pasar, no se puede ganar siempre. Esta vez el antifútbol, la pérdida de tiempo, el desinterés por el fútbol y el interés por la destrucción han obtenido premio. Afortunadamente, estas cosas suceden sólo de vez en cuando y lo normal es que casi siempre ganen los buenos. Hay que aceptar, sin embargo, con deportividad, el triunfo en esta ocasión de los malos de la película.


Teatro cristiano Ronaldo