El Barça sacó un punto muy valioso en su visita a uno de los campos más difíciles de la Liga. Leo Messi, de penalti, igualó el gol inicial de Banega... y, al filo del final, Valdés evitó el 2-1
Messi empató con un gol de penalti digno de ver | Foto: EFE |
| 03.02.2013 | 19:49h
El Barça salió al césped de Mestalla
dispuesto a aumentar su ventaja en la Liga después de haber dejado atrás
una semana muy intensa, empatando 1-1 ante el Madrid en la Copa, y ante
uno de los rivales más complicados del campeonato. Tal vez por ello, su
chispa y frescura no fueron las de otras veces.
El Valencia de este domingo no tuvo nada que ver con el equipo que, sólo dos semanas antes, había perdido 0-5 ante los discípulos de José Mourinho. Todo lo contrario. Su intensa y agobiante presión por todo el campo atenazó a los azulgranas desde el primer minuto. Al Barça le costó zafarse de ella, e hilvanar sus rápidas combinaciones, de manera que el duelo se convirtió en un toma y daca muy vibrante.
Tan igualado fue que, el primer gol, llegó en la primera ocasión clara del partido, superada la media hora de juego. Banega sacó petróleo de un monumental despiste defensivo, y completamente solo en el área azulgrana -algo incomprensible, teniendo en cuenta que Mascherano, Piqué y Alves estaban ahí dentro- remató a la red un centro medido desde la derecha (1-0, 33'). El argentino se resarció así de la polémica suscitada esta semana por haber llegado tarde a un entrenamiento.
Pero el susto duró poco, pues apenas cinco minutos después el Barça empató. El árbitro, González González, señaló penalti por una clara falta de Joao Pereira a Pedro dentro del área che. Messi ejecutó la pena máxima de forma impecable, colando el balón por la escuadra con un potentísimo trallazo, imparable, al más puro 'estilo Rooney'. Con Leo -que alcanzó su tanto 34 en sólo 22 jornadas, los mismos que marcó Ronaldo en toda la Liga 1996/97-, hasta un penalti puede ser un gol de antología.
El Valencia no se vino abajo. Ya al filo del descanso, Valdés se lució desbaratando un trallazo de Guardado desde fuera del área (44'). Y lo mismo hizo en el 57', deteniendo un peligroso chut de falta de Tino Costa.
Soldado fue uno de los más activos del equipo de Ernesto Valverde. Para lo bueno y para lo malo. El ex madridista se empleó a fondo en la presión, a veces con extrema dureza, como cuando vio la amarilla por un clamoroso pisotón a Busquets. Y también en busca del gol. Algo que intentó constantemente, sin éxito, fallando dos goles casi cantados (50' y 65').
El Barça no se sentía cómodo, pero aún así tuvo sus opciones. En el 55', un pase mágico de Leo Messi desde la media dejó a Cesc solo ante Guaita. Pero su remate se fue rozando el poste.
Jordi Roura buscó un revulsivo sustituyendo al '4' de Arenys y dando entrada en su lugar a David Villa (71'). El asturiano fue muy ovacionado por la que un día fue su afición. Y estuvo a punto de darle un buen disgusto en el 76' cuando, solo en el área, remató fuera una contra conducida por el atribulado Daniel Alves. El brasileño combinó buenas incursiones ofensivas con preocupantes lagunas atrás.
El Barça dominó en la recta final, pero el empate estuvo a punto de escapársele en el 89', cuando Valdés, en una doble intervención magnífica, desbarató dos remates consecutivos a bocajarro de Canales y Soldado. En definitiva, una jornada menos... y un punto más. Y el Madrid, que perdió en Granada, ya está a 16...
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