Los de Tito firman la mejor primera vuelta de la Liga con el partido más brillante del año y un triunfo de prestigio con goles de Messi, Cesc y Thiago
Sergi Solé
13/01/2013 22:47
El Barça ha querido celebrar la mejor primera
vuelta de la historia de la Liga con una gran victoria y un espectáculo
aún mejor. Los de Tito Vilanova han goleado al Málaga en La Rosaleda y
han firmado tal vez el partido más brillante de la temporada y uno de
los más talentosos de los últimos años. Con dianas de Messi, Cesc y
Thiago y sobre todo rondos inacabables lleno de detalles técnicos
exquisitos.
La entrada de Mascherano en lugar de Puyol ha sido el único cambio respecto al derbi ante el Espanyol en el once de Tito y Roura, que modificaron ligeramente la siempre reconocible apuesta azulgrana. La presencia de dos puñales como Joaquín y Eliseu en las bandas condicionaron más a Alba que a Alves y en el inicio restaron profundidad por las alas a un Barça que volvió a sembrar el pánico de la mano de la sociedad Messi-Iniesta. Con las espaldas más que cubiertas por un Busquets en plan mariscal tras enmendar un error inicial con una primera mitad impoluta, las triangulaciones al primer toque de Leo y Andrés, con Xavi de cómplice, han enmudecido por sí solas La Rosaleda.
Más que loable fue el plan propuesto por Pellegrini, que prefirió la inteligencia de espaldas a puerta de Santa Cruz a la pillería al espacio de Saviola. Isco, ya con galones de crack, fue el eje sobre el que gravitó el fútbol ofensivo malaguista en un tramo inicial en que opuso resistencia al tradicional rondo azulgrana. Sin embargo, el desparpajo que sobró en el bando local fue inversamente proporcional a la excesiva fragilidad defensiva. No habían pasado siete minutos cuando Demichelis no acertó a despejar un centro de Iniesta. Messi se quedó solo ante Caballero pero el 'Zamora' abortó el regate del 'Pichichi'. La ovación a Willy dio alas a un Málaga que se vino arriba con Santa Cruz como referencia, primero sirviendo un gran balón entre líneas a Eliseu que Valdés atajó tras demorar en esceso su salida y luego cediendo a Camacho, que chutó fuera.
El Barça no se inmutó. Busquets se incrustó entre Piqué y Mascherano para oxigenar la construcción desde atrás y llegar a una zona ancha en la que Toulalan y Camacho ni olieron la bola. Los acelerones de Messi se bastaron para merodear el área blanquiazul una y otra vez. Sin extremos abiertos, las paredes y el estajanovista Pedro desgastaron a la zaga a falta de pegada. El dominio del líder anuló el ímpetu andaluz con una bajada de tensión que se tradujo en una fatal cesión de Camacho hacia Caballero. Messi se interpuso en su camino y esta vez no falló. Sentó a su compatriota con un quiebro mágico y volvió a dejar su huella en La Rosaleda al filo de la media hora. Sacando tajada de un Málaga aturdido, Leo acarició el segundo tras un slalom marca de la casa que despertó el carácter local. El partido se rompió por momentos cuando Pellegrini dio libertad a Joaquín para entrar a pierna cambiada pero el acoso se quedó en nada al querer rizar el rizo en la media luna a lo Barça.
Por contra, el líder sí exhibió su demoledora pegada tras el
descanso. Sin dar tiempo al Málaga, Messi paró el tiempo como los
mejores relojeros de su amada Zúrich y envió un balón de oro a Cesc que
acabó en la red tras tocar su remate en la base del poste. Con casi todo
el segundo tiempo por delante, la emoción murió en un acto presidido
por la absoluta superioridad de un Barça incontestable. Leo rozó un par
de goles maradonianos, Iniesta lo bordó con regates únicos y hasta Alba,
inédito arriba hasta entonces, llegó a la línea de fondo ante un
oponente desesperado y rendido ante el mejor equipo de la historia.
Cesc, con una amarilla, fue reservado por Tito para poner en liza a
Thiago y Alexis suplió luego a Pedro.
La entrada de Mascherano en lugar de Puyol ha sido el único cambio respecto al derbi ante el Espanyol en el once de Tito y Roura, que modificaron ligeramente la siempre reconocible apuesta azulgrana. La presencia de dos puñales como Joaquín y Eliseu en las bandas condicionaron más a Alba que a Alves y en el inicio restaron profundidad por las alas a un Barça que volvió a sembrar el pánico de la mano de la sociedad Messi-Iniesta. Con las espaldas más que cubiertas por un Busquets en plan mariscal tras enmendar un error inicial con una primera mitad impoluta, las triangulaciones al primer toque de Leo y Andrés, con Xavi de cómplice, han enmudecido por sí solas La Rosaleda.
Más que loable fue el plan propuesto por Pellegrini, que prefirió la inteligencia de espaldas a puerta de Santa Cruz a la pillería al espacio de Saviola. Isco, ya con galones de crack, fue el eje sobre el que gravitó el fútbol ofensivo malaguista en un tramo inicial en que opuso resistencia al tradicional rondo azulgrana. Sin embargo, el desparpajo que sobró en el bando local fue inversamente proporcional a la excesiva fragilidad defensiva. No habían pasado siete minutos cuando Demichelis no acertó a despejar un centro de Iniesta. Messi se quedó solo ante Caballero pero el 'Zamora' abortó el regate del 'Pichichi'. La ovación a Willy dio alas a un Málaga que se vino arriba con Santa Cruz como referencia, primero sirviendo un gran balón entre líneas a Eliseu que Valdés atajó tras demorar en esceso su salida y luego cediendo a Camacho, que chutó fuera.
El Barça no se inmutó. Busquets se incrustó entre Piqué y Mascherano para oxigenar la construcción desde atrás y llegar a una zona ancha en la que Toulalan y Camacho ni olieron la bola. Los acelerones de Messi se bastaron para merodear el área blanquiazul una y otra vez. Sin extremos abiertos, las paredes y el estajanovista Pedro desgastaron a la zaga a falta de pegada. El dominio del líder anuló el ímpetu andaluz con una bajada de tensión que se tradujo en una fatal cesión de Camacho hacia Caballero. Messi se interpuso en su camino y esta vez no falló. Sentó a su compatriota con un quiebro mágico y volvió a dejar su huella en La Rosaleda al filo de la media hora. Sacando tajada de un Málaga aturdido, Leo acarició el segundo tras un slalom marca de la casa que despertó el carácter local. El partido se rompió por momentos cuando Pellegrini dio libertad a Joaquín para entrar a pierna cambiada pero el acoso se quedó en nada al querer rizar el rizo en la media luna a lo Barça.
Thiago culminó la exhibición con un gol a lo Messi, desbordando con una bicicleta, tirando una pared con Leo y superando a Caballero con un potente disparo raso desde el borde del área. Y ya en los compases finales, con un magistral lanzamiento de falta directa, Buonanotte firmó el merecido tanto del honor del Málaga con otro detalle de calidad propio de un equipo que siempre quiso jugar al fútbol y de tú a tú a un Barça mayúsculo que ha dado un nuevo paso de gigante de cara al título. El Atlético sigue a once puntos y el Madrid, a dieciocho.
2 comentaris :
orgullosa de ser culé: LOLÍN
Lolin ser del Barça es el millor que hi ha ;)Petons !!
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