El conjunto azulgrana firma el mejor arranque de la historia desplegando un fútbol mezcla de la belleza de Guardiola y la contundencia de Tito.
Iniesta, sublime, ha vuelto a ser el emblema de un Barça en el que Messi sigue marcando a pares y que no concede respiro al Real Madrid
Además de Leo, Piqué, Adriano y Cesc han marcado los goles de un equipo que sigue maravillando con su fútbol total.
Gran victoria del Barça ante el Athletic
/ FOTO: Eduard Omedes - MD
RESULTADO
5
Barcelona
1
Athletic
José Luis Artús
01/12/2012 21:07
Las comparaciones en fútbol son inevitables y desde que arrancó esta temporada poner los 'libretos' de Pep Guardiola y Tito Vilanova frente a frente era algo que el barcelonismo no podía evitar. La conclusión general, matices al margen, era que este Barça
se había convertido en un equipo más efectivo pero menos espectacular.
Ya no necesitaba crear tantas ocasiones como antes para marcar pero
tampoco conseguía esos resultados tan contundentes como cuando la batuta
la llevaba Pep.
Tenía que ser precisamente el día que llegara al Camp Nou Marceo Bielsa, técnico venerado por todos aquellos entrenadores a los que les gusta un tipo de fútbol armónico y exquisito, cuando el Barça ofreciera su mejor versión. Una mezcla de danza y boxeo, la de un equipo capaz de ofrecer a la vez movimientos bellos y dinámicos con una pegada de puños de acero. El resultado fue una goleada (5-1) que acaba por convertir este arranque liguero (13 victorias y un empate) en el mejor de la historia del campeonato.
Todo guiado por un futbolista superlativo, que crece y crece a medida que pasa el tiempo. Por clase y espíritu Andrés Iniesta es el único que hoy en día parece poder discutir, todavía desde muy lejos, el liderazgo del número uno mundial, Leo Messi, que volvió a marcar dos goles y a mostrar un hambre voraz.
Iniesta juega y hace jugar. Su equipo se siente cómodo cuando el de Fuentealbilla tiene el balón en los pies. El contrario, por contra, sufre sus caracoleos, sus pases, sus constantes movimientos desequilibrantes... No se podía esperar del Athletic de Bielsa algo diferente a lo que planteó este sábado. Un encuentro noble y abierto en el que desde el primer minuto en el que por las sus especiales características el Barça se encontró como pez en el agua.
Los de Tito Vilanova, constantes en la presión para la recuperación de balón, movieron la pelota con fluidez, con rapidez, haciendo correr a sus rivales detrás de ella sin ton ni son. Los azulgrana abrieron el marcador en el minuto 21, curiosamente gracias a una de esas jugadas que no dominan del todo, un córner directo que acabó primero en las botas de Cesc, a quien una buena mano de Gorka le privó del gol, pero que después empujó Piqué a la red, marcando su primer gol esta temporada.
Sin tiempo a la reacción, cinco minutos después, Messi se sacó una de sus habituales vaselina que Amorebieta ayudó a que acabara en la red. El 2-0 fue un duro golpe para el Athletic, que vio cómo las llegadas del Barça aumentaban. Gorka y el larguero se interpusieron en ocasiones, pero no pudieron evitar una obra de arte generada entre Messi y Cesc que Adriano convirtió en el 3-0 justo antes del descanso.
No había existido prácticamente el Athletic en todo el primer periodo y tampoco pareció resucitar durante el inicio del segundo. El 4-0, obra de Cesc gracias a una asistencia brutal del 'mago' Iniesta sí tocó el orgullo de los vascos, que dispusieron de un par de ocasiones abortadas por Valdés hasta que Ibai consiguiera un buen gol tras buen desmarque, excelente control y perfecta definición.
Pero el Barça no estaba para demasiadas concesiones y después de que Pedro peleara una pelota hasta el final y consiguiera crear una buena opción, Messi colocó en la escuadra su segundo gol particular y el quinto de su equipo. Se situaba el crack argentino con 84 goles en su cuenta particular del 2012, a sólo uno de igualar el récord de Müller.
Ya no hubo más. Pese a algunas acciones interesantes en ataque, tanto Barça como Athletic bajaron sus revoluciones y decidieron dejar morir el partido, dando paso a un interesante derbi madrileño, con el eterno rival situado de forma momentánea a 14 puntos y el Atlético como máximo oponente para conquistar el título de Liga.
Tenía que ser precisamente el día que llegara al Camp Nou Marceo Bielsa, técnico venerado por todos aquellos entrenadores a los que les gusta un tipo de fútbol armónico y exquisito, cuando el Barça ofreciera su mejor versión. Una mezcla de danza y boxeo, la de un equipo capaz de ofrecer a la vez movimientos bellos y dinámicos con una pegada de puños de acero. El resultado fue una goleada (5-1) que acaba por convertir este arranque liguero (13 victorias y un empate) en el mejor de la historia del campeonato.
Todo guiado por un futbolista superlativo, que crece y crece a medida que pasa el tiempo. Por clase y espíritu Andrés Iniesta es el único que hoy en día parece poder discutir, todavía desde muy lejos, el liderazgo del número uno mundial, Leo Messi, que volvió a marcar dos goles y a mostrar un hambre voraz.
Iniesta juega y hace jugar. Su equipo se siente cómodo cuando el de Fuentealbilla tiene el balón en los pies. El contrario, por contra, sufre sus caracoleos, sus pases, sus constantes movimientos desequilibrantes... No se podía esperar del Athletic de Bielsa algo diferente a lo que planteó este sábado. Un encuentro noble y abierto en el que desde el primer minuto en el que por las sus especiales características el Barça se encontró como pez en el agua.
Los de Tito Vilanova, constantes en la presión para la recuperación de balón, movieron la pelota con fluidez, con rapidez, haciendo correr a sus rivales detrás de ella sin ton ni son. Los azulgrana abrieron el marcador en el minuto 21, curiosamente gracias a una de esas jugadas que no dominan del todo, un córner directo que acabó primero en las botas de Cesc, a quien una buena mano de Gorka le privó del gol, pero que después empujó Piqué a la red, marcando su primer gol esta temporada.
Sin tiempo a la reacción, cinco minutos después, Messi se sacó una de sus habituales vaselina que Amorebieta ayudó a que acabara en la red. El 2-0 fue un duro golpe para el Athletic, que vio cómo las llegadas del Barça aumentaban. Gorka y el larguero se interpusieron en ocasiones, pero no pudieron evitar una obra de arte generada entre Messi y Cesc que Adriano convirtió en el 3-0 justo antes del descanso.
No había existido prácticamente el Athletic en todo el primer periodo y tampoco pareció resucitar durante el inicio del segundo. El 4-0, obra de Cesc gracias a una asistencia brutal del 'mago' Iniesta sí tocó el orgullo de los vascos, que dispusieron de un par de ocasiones abortadas por Valdés hasta que Ibai consiguiera un buen gol tras buen desmarque, excelente control y perfecta definición.
Pero el Barça no estaba para demasiadas concesiones y después de que Pedro peleara una pelota hasta el final y consiguiera crear una buena opción, Messi colocó en la escuadra su segundo gol particular y el quinto de su equipo. Se situaba el crack argentino con 84 goles en su cuenta particular del 2012, a sólo uno de igualar el récord de Müller.
Ya no hubo más. Pese a algunas acciones interesantes en ataque, tanto Barça como Athletic bajaron sus revoluciones y decidieron dejar morir el partido, dando paso a un interesante derbi madrileño, con el eterno rival situado de forma momentánea a 14 puntos y el Atlético como máximo oponente para conquistar el título de Liga.
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