Alves se rebela contra la polémica en torno a Villa y Messi y las dudas sobre el juego del Barça
En un alarde de sinceridad, Carles Puyol, en declaraciones en un
anuncio del Banco de Sabadell, asegura que su objetivo, cuando comparece
en una conferencia de prensa, no va más allá de que no se hable de ella
nunca. “Los periodistas ya saben que no diré nada”, admite. Ayer,
vestido de cuero, Dani Alves encaró la que le tocaba en el calendario
dispuesto a dejar huella. “A veces soy criticado. No caigo bien porque
suelo decir lo que pienso y muchas veces pienso lo que digo, pero no
digo lo que pienso”, aseguró. Obró en consecuencia atreviéndose incluso a
dar lecciones a los medios de comunicación.
Alves no ha empezado el curso de la mejor manera: lesionándose al punto de que levanta sospechas en el Barça. Se le ha visto en el banquillo por decision del entrenador, Tito Vilanova, que le defiende siempre aunque no le ponga. En el club se escucha que el pasado verano estuvo en el escaparate, pero no llegaron ofertas por sus servicios por mucho que él asegure haber rechazado una del París Saint-Germain. Dada la proyección de Montoya, que parece haber puesto las pilas al brasileño, a nadie le extraña que haya perdido presencia.
Dice Alves que no tiene respuesta para justificar sus problemas físicos en este inicio de curso, en el que ha participado en siete de los diez partidos disputados. Sabe que se le mira de reojo, pero no se ha planteado respuesta de por qué, según asume, no satisface su rendimiento, apreciacion que comparte con la hinchada y los analistas. “Me entreno igual”, dice y se encoge de hombros.
Alves, que en el campo jamás le pierde la cara a un partido, ayer tampoco lo hizo y se metió en todos los charcos que se le plantearon, especialmente tendencioso al señalar a la prensa: “Si no hubiera debates, ustedes no tendrían empleo. Hay que crearlos. Cuando me ficharon, no me dijeron que iba a jugar siempre. Vine a trabajar y respeto a los compañeros y al entrenador. A mí nadie me puede reprochar nada. Soy de los que más trabajo”, dijo. Esa afirmación lleva una duda implícita.
Tampoco eludió el debate sobre el juego del equipo, alimentado tras la derrota ante el Celtic: “No tenemos un plan B. Tuvimos uno con un jugador alto [Ibrahimovic] y no funcionó. De lo que se trata es de hacer bien el plan A, que defendemos”. Entró también a desenmascarar a quienes crean polémica entre Messi y Villa: “Es algo que lo han creado, lo alimentan y lo seguirán alimentando ustedes. Es lo que vende. Todo eso sabemos de dónde viene. Que Leo marque goles, juegue bien y sea un fenómeno ya no vende. Ahora la noticia que vende es la otra. Es una guerra perdida”. Lo vinculo a intereses para que el Balón de Oro no sea para Messi.
“Se hablaba de otros, que Cristiano se comportaba de mala manera, y ahora quieren dar la vuelta a la tortilla. Se acerca el Balón de Oro y ya está todo vendido. ¡Dejémonos de hostias!”, dijo Alves, que insistió en que mientras esté Messi el debate no tiene sentido: “Que le den el Balón de Oro a cualquiera, me da igual. El que caiga mejor, toma para ti... Es triste. Habría que crear un premio por posición, pero es una cosa que cansa. Si yo digo lo que pienso, mañana no vende”.
Alves no ha empezado el curso de la mejor manera: lesionándose al punto de que levanta sospechas en el Barça. Se le ha visto en el banquillo por decision del entrenador, Tito Vilanova, que le defiende siempre aunque no le ponga. En el club se escucha que el pasado verano estuvo en el escaparate, pero no llegaron ofertas por sus servicios por mucho que él asegure haber rechazado una del París Saint-Germain. Dada la proyección de Montoya, que parece haber puesto las pilas al brasileño, a nadie le extraña que haya perdido presencia.
Dice Alves que no tiene respuesta para justificar sus problemas físicos en este inicio de curso, en el que ha participado en siete de los diez partidos disputados. Sabe que se le mira de reojo, pero no se ha planteado respuesta de por qué, según asume, no satisface su rendimiento, apreciacion que comparte con la hinchada y los analistas. “Me entreno igual”, dice y se encoge de hombros.
Alves, que en el campo jamás le pierde la cara a un partido, ayer tampoco lo hizo y se metió en todos los charcos que se le plantearon, especialmente tendencioso al señalar a la prensa: “Si no hubiera debates, ustedes no tendrían empleo. Hay que crearlos. Cuando me ficharon, no me dijeron que iba a jugar siempre. Vine a trabajar y respeto a los compañeros y al entrenador. A mí nadie me puede reprochar nada. Soy de los que más trabajo”, dijo. Esa afirmación lleva una duda implícita.
Tampoco eludió el debate sobre el juego del equipo, alimentado tras la derrota ante el Celtic: “No tenemos un plan B. Tuvimos uno con un jugador alto [Ibrahimovic] y no funcionó. De lo que se trata es de hacer bien el plan A, que defendemos”. Entró también a desenmascarar a quienes crean polémica entre Messi y Villa: “Es algo que lo han creado, lo alimentan y lo seguirán alimentando ustedes. Es lo que vende. Todo eso sabemos de dónde viene. Que Leo marque goles, juegue bien y sea un fenómeno ya no vende. Ahora la noticia que vende es la otra. Es una guerra perdida”. Lo vinculo a intereses para que el Balón de Oro no sea para Messi.
“Se hablaba de otros, que Cristiano se comportaba de mala manera, y ahora quieren dar la vuelta a la tortilla. Se acerca el Balón de Oro y ya está todo vendido. ¡Dejémonos de hostias!”, dijo Alves, que insistió en que mientras esté Messi el debate no tiene sentido: “Que le den el Balón de Oro a cualquiera, me da igual. El que caiga mejor, toma para ti... Es triste. Habría que crear un premio por posición, pero es una cosa que cansa. Si yo digo lo que pienso, mañana no vende”.
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