El pasado año el Real Madrid ganó la Copa en la prórroga y llorando y aquel trofeo se convirtió en el más preciado de la temporada. Quizá porque Mourinho no fue capaz de ganar más títulos. Sólo interesó al entorno madridista la gran gesta de Cristiano Ronaldo pulverizando todos los registros españoles y alcanzando los 41 goles. Eso, la Copa y los 41 goles, ya le daban derecho a Cristiano Ronaldo a ser el Balón de Oro, aunque Messi anotara más tantos a lo largo de la temporada. Este año las cosas han cambiado en Madrid, en donde se mueven en función de por dónde sople el viento.
Messi será el Balón de Oro. Y no lo será por conseguir el pichichi, sino por lograr unas estadísticas que no están al alcance de nadie. Y nadie quiere decir nadie más que él.
Leo Messi ganó el pasado año la Liga y la Champions League, al margen de ser el futbolista europeo que más tantos anotó en todas las competiciones. Según Mourinho y todos sus fieles adictos, eso no era suficiente para ser Balón de Oro porque lo que contaba era el pichichi y la Copa del Rey. Así son. Por eso, cuando el mundo entero se postró ante el rey Messi en la elección del Balón de Oro concediéndole una victoria aplastante y humillante para el aspirante, el madridismo más casposo y recalcintrante se enfureció ante lo que consideró una injusticia con su ídolo de Portugal.
Este año Cristiano Ronaldo, una vez más, se ha quedado con las ganas de acercarse a Messi, dado que, a diferencia del argentino el año pasado, no ha ganado esa Décima que con tanta intensidad deseaba el presidente Pérez a principio de temporada. De hecho el fichaje más caro de la historia del fútbol lleva tres años en el Madrid y a lo más que ha llegado en Europa es a semifinales. Poco parece para quien sí fue campeón de Europa con el Manchester United. Tampoco va a lograr el pichichi y, por tanto, se verá desposeido de la Bota de Oro. Aún así, parece que la Liga y el subcampeonato en el Pichihi es para el madridismo suficiente argumento para ganar el Balón de Oro. De nada sirven los récords estratoféricos de Messi, que con 50 goles en Liga y 72 en todas las competiciones se ha convertido en el futbolista que más goles ha conseguido en una temporada en toda la historia del fútbol, algo que el portugués del Madrid no logró el año pasado, porque simplemente metió muchos goles.
Pero es que Messi no sólo consigue goles. También los da y conduce a su equipo a la obtención de títulos colectivos, en plural. Cristiano ha logrado 2 en tres años. Y los dos que ha conseguido han llegado de uno en uno. Ante eso Messi presenta la Supercopa de España (eliminando al Madrid a doble partido), la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubs y todavía puede caer la Copa del Rey, en donde dejó por el camino al Real Madrid. En los enfrentamientos directos, Messi le ha ganado la partida a Cristiano en la suma total de resultados de la temporada, aunque para algunos sólo cuente el último. Suficiente como para merecer de los votantes del Balón de Oro un nuevo galardón, que sería el cuarto consecutivo que confirmaría su condición de mejor futbolista de todos los tiempos, algo que quienes lo disfrutamos hace tiempo que no ponemos en duda.
Mourinho puede seguir llorando y pidiendo premios para su paisano (para Casillas no pedirá nada), y el entorno madridista puede seguir haciendo ruido tratando de imponer su capricho, pero afortunadamente el Balón de Oro lo otorga un jurado de periodistas, capitanes y seleccionadores del mundo entero. Y a todos no se les puede engañar como sucede en la zona centro de España, en donde viven engañados por los juegos de manos de dos portugueses. Por eso Messi será el Balón de Oro. Y no lo será por conseguir el pichichi, sino por lograr unas estadísticas que no están al alcance de nadie. Y nadie quiere decir nadie más que él.
Messi será el Balón de Oro. Y no lo será por conseguir el pichichi, sino por lograr unas estadísticas que no están al alcance de nadie. Y nadie quiere decir nadie más que él.
Este año Cristiano Ronaldo, una vez más, se ha quedado con las ganas de acercarse a Messi, dado que, a diferencia del argentino el año pasado, no ha ganado esa Décima que con tanta intensidad deseaba el presidente Pérez a principio de temporada. De hecho el fichaje más caro de la historia del fútbol lleva tres años en el Madrid y a lo más que ha llegado en Europa es a semifinales. Poco parece para quien sí fue campeón de Europa con el Manchester United. Tampoco va a lograr el pichichi y, por tanto, se verá desposeido de la Bota de Oro. Aún así, parece que la Liga y el subcampeonato en el Pichihi es para el madridismo suficiente argumento para ganar el Balón de Oro. De nada sirven los récords estratoféricos de Messi, que con 50 goles en Liga y 72 en todas las competiciones se ha convertido en el futbolista que más goles ha conseguido en una temporada en toda la historia del fútbol, algo que el portugués del Madrid no logró el año pasado, porque simplemente metió muchos goles.
Pero es que Messi no sólo consigue goles. También los da y conduce a su equipo a la obtención de títulos colectivos, en plural. Cristiano ha logrado 2 en tres años. Y los dos que ha conseguido han llegado de uno en uno. Ante eso Messi presenta la Supercopa de España (eliminando al Madrid a doble partido), la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubs y todavía puede caer la Copa del Rey, en donde dejó por el camino al Real Madrid. En los enfrentamientos directos, Messi le ha ganado la partida a Cristiano en la suma total de resultados de la temporada, aunque para algunos sólo cuente el último. Suficiente como para merecer de los votantes del Balón de Oro un nuevo galardón, que sería el cuarto consecutivo que confirmaría su condición de mejor futbolista de todos los tiempos, algo que quienes lo disfrutamos hace tiempo que no ponemos en duda.
Mourinho puede seguir llorando y pidiendo premios para su paisano (para Casillas no pedirá nada), y el entorno madridista puede seguir haciendo ruido tratando de imponer su capricho, pero afortunadamente el Balón de Oro lo otorga un jurado de periodistas, capitanes y seleccionadores del mundo entero. Y a todos no se les puede engañar como sucede en la zona centro de España, en donde viven engañados por los juegos de manos de dos portugueses. Por eso Messi será el Balón de Oro. Y no lo será por conseguir el pichichi, sino por lograr unas estadísticas que no están al alcance de nadie. Y nadie quiere decir nadie más que él.
Messi será el Balón de Oro. Y no lo será por conseguir el pichichi, sino por lograr unas estadísticas que no están al alcance de nadie. Y nadie quiere decir nadie más que él.
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