Lo peor es que no es la primera vez que sucede algo así en Chamartín.
Si la gloria del Madrid se dice que pertenece al pasado, el señorío y las maneras del club también han quedado atrás. Ya hace tiempo que desde la llegada de Mourinho el club ha perdido el norte a nivel deportivo e institucional y ahora parece que otras parcelas del Madrid también han quedado tocadas.
Sin ir más lejos, en el último partido de Liga del Madrid en casa, frente al Mallorca, una aficionada que quiso entrar en silla de ruedas al estadio no pudo, no le permitieron la entrada. La chica se dirigió a la zona habilitada para minusválidos y allí le pusieron la excusa de que no había más sitio. Después, lo volvió a intentar por otra puerta y le volvieron a poner pegas para entrar. La chica, que no es socia pero sí aficionada, contaba con unos abonos que le habían prestado y tuvo que acabar entrando al estadio a manos de su hermano y con la silla de ruedas atada a un árbol de los aledaños del Bernabéu, como si de una simple bicicleta se tratase.
Este hecho ha provocado que la chica haya acudido al Defensor del Paciente, que ha tramitado la carta a Florentino Pérez, acusando de "discriminación absoluta" su caso. Además, se recuerda que en agosto de 2011 ya volvió a suceder un caso de las mismas características. Bien por el Madrid, no todo es oro lo que reluce.
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